3 abr 2012

Argumentos Argentinos para afirmar la soberanía en las Islas Malvinas


CULTURA / SOBERANIA DE MALVINAS
La  soberanía argentina en las Islas Malvinas y el Atlántico  Sur es un reclamo de larga data en la historia argentina, a treinta años de la guerra conozcamos los argumentos argentinos para afirmar la soberanía de este territorio.


Comencemos por detenernos en la idea de soberanía, cuando se trata de naciones,  la soberanía se relaciona tanto  con la defensa del territorio y sus riquezas naturales, económicas, culturales y sociales, como con la capacidad de sus pobladores de asumir decisiones propias. Así, el ejercicio de la soberanía es un derecho de los pueblos libres a habitar y gobernar el territorio de su nación.

El reclamo del ejercicio de la soberanía en las Islas Malvinas, Georgia del Sur, Sándwich del Sur y los espacios marítimos e insulares correspondientes, se  sustenta en diversas razones que apuntan a señalar que la ocupación  británica es una usurpación, producto de una política imperialista que hace posible que aún hoy, tras dos siglos de independencia de las naciones sudamericanas, subsista en la región un enclave colonial.

Los argumentos argentinos para afirmar la soberanía tiene varias dimensione. En primer lugar, están los argumentos geográficos: las islas forman parre de la plataforma continental de la Argentina y, además, las proximidades las Islas Malvinas respecto al territorio continental es evidente en contraste con la distancia que existe entre éstas y Gran Bretaña. Este argumento cobra mayor relevancia en la actualidad, debido a los  recursos naturales que hay en la región, y a que es una puerta de entrada a la Antártida.

En segundo lugar, están los argumentos históricos. Los territorios fueron heredados de España, luego de declarada la Independencia, tal como  ocurrió con el territorio continental argentino. Los sucesivos gobiernos  patrios mostraron interés en sostener la soberanía de las islas. La prueba política más sobresaliente de esto fue el nombramiento de Luis María Vernet como comandante militar de las Malvinas en Puerto Soledad, quien estuvo al frente del cargo desde el 10 de Junio de 1829.

Por ultimo, están los argumentos jurídicos. La Argentina jamás renunció a sus derechos , encaró reclamos diplomáticos y pacíficos permanentes-que  sólo se interrumpieron durante los 74 días que duró la guerra-  y obtuvo el pronunciamiento favorable  de organismos internacionales como la Organización de Naciones Unidas (ONU).

Hacia la década  del 60 del siglo XX, la cuestión Malvinas cobro un giro importante en la agenda internacional. En el marco del proceso de descolonización de las naciones abierto por la independencia  de los países africanos, el 14 de diciembre de 1960 la Asamblea General de las Naciones Unidad aprobó la Resolución 1514(XV), titulada como “Declaración sobre la concesión de la independencia a los países y pueblos coloniales”.  Allí proclamó “la necesidad de poner fin, rápida e incondicionalmente, al colonialismo en todas sus formas y manifestaciones”, consagrando dos principios fundamentales que debían guiar la descolonización: El de autodeterminación y el de integridad territorial.

En este marco, los británicos pretendían que para la cuestión Malvinas se aplicara el principio de la autodeterminación. La Argentina rechazó este planteo y sostuvo que debía primar en cambio el principio de integridad territorial. Para la Argentina, el principio de autodeterminación no era válido en este caso, ya que  la especificidad de la cuestión de las Islas Malvinas reside en que el Reino Unido ocupó las islas para la fuerza en 1933, expulso a su población originaria y no permitió su retorno, vulnerando la integridad territorial argentina. Por este motivo, la aplicación del principio de autodeterminación por parte de los habitantes de las islas causaría el “quebrantamiento de la unidad nacional y la integridad territorial” de la Argentina.

En la cuestión  de las islas Malvinas, la Asamblea General de las Naciones Unida  apoyo el planteo  argentino. Así quedo establecido en la resolución 2065 (XX) de 1965, ratificada posteriormente por otras resoluciones en 1973(3160, XXVIII), 1976 (31/49),1982 (37/9), 1983((38/12), 1984(39/6) 1985(40/21), 1986(41/40), 1987(42/19), y 1988(43/25), donde  Naciones Unidas acepta la aplicación del principio de integridad territorial, pues sostiene que en el conflicto por Malvinas sólo hay dos partes en la disputa de soberanía, la Republica Argentina y el Reino Unido, por lo que  su resolución debe ser tratada de manera bilateral entre ambos países, para llegar a un acuerdo  diplomático que tenga en cuenta los intereses y no los deseos de la población de las islas.

La cuestión de la  soberanía, tema central de la disputa, sigue siendo un reclamo persistente de la  Argentina. La voluntad política argentina se expresa en la Disposición  transitoria Primera de la Constitución  Nacional de 1994, que expresa: “ La Nación Argentina ratifica su  legítima e imprescriptible soberanía sobre  las Islas Malvinas, Georgia del Sur y Sándwich del Sur y los espacios marítimos e insulares correspondientes, por ser parte integrante del territorio nacional. La recuperación de dichos territorios y el ejercicio pleno de la soberanía, respetando el modo de vida de sus habitantes y conforme a los principios del Derecho Internacional, constituyen  un objetivo permanente e irrenunciable del pueblo argentino”.